La segunda hermandad en salir a la calle en el Martes Santo fue Amor. Con su Cristo de Perceval y su Virgen del Primer Dolor, arropada por un amplio cortejo procesional, Amor encaró el fuerte viento y cumplió su estación de penitencia.
Con un cielo azul, pero pendientes del parte meteorológico, salía a las seis y media de la tarde la Hermandad del Amor para disfrutar del Martes Santo. El primero en salir a la calle fue el Cristo del Amor, obra de Jesús de Perceval, acompañado por un manto de claveles rojos y por los sones de la Banda de Cornetas y Tambores Santa Cruz.
En el cortejo, 200 nazarenos vestidos con túnica marfil y antifaz azul, y una guardería de unos 50 niños. También era nutrido el grupo de las mantillas, unas 90 mujeres, que acompañaban a Nuestra Señora del Primer Dolor, arropada como siempre por la Banda de Música Santa Cecilia y sobre un lecho de claveles blancos.
Con Alcalde Muñoz hasta los topes, Amor nos dejó una de las estampas del Martes Santo, el tradicional encuentro entre el Cristo y su madre antes de iniciar el recorrido hacia la carrera oficial. La alcaldesa de Almería, emocionada, fue la encargada de hacer la primera levantá del Cristo del Amor y de la Virgen del Primer Dolor.
Las fuertes rachas de viento marcaron el desfile procesional, obligando a detener el cortejo en varias ocasiones para evitar daños en la estructura del paso e impidiendo el encendido de la candelería tanto en el paso de misterio como en el palio. Aún así, Amor cumplió su estación de penitencia y recibió su jubileo por el obispo de Almería.
Una catedral que a pesar del frío y el fuerte viento se llenó de fieles que pudieron disfrutar, esta vez sí, del Martes Santo, antes de despedirse de esta Hermandad del Amor hasta la próxima primavera.