Varios años después de ostentar el distintivo de Indicación Geográfica Protegida, el Tomate de La Cañada relanza su imagen en los mercados europeos con el objetivo de acercar directamente al consumidor la calidad, eficacia y sostenibilidad de su proceso productivo.
En el año 2007 el tomate de La Cañada recibía el distintivo de Indicación Geográfica Protegida. Una marca que engloba a la producción de 23 municipios, entre ellos, Níjar y Almería, aunque es esta barriada capitalina la que le da nombre a la IGP. Y no es casualidad, pues desde este punto, en 2023, se produjeron más de 184.000 toneladas de tomate, que generaron más de 260 millones de euros de beneficio. Ahora Junta, Ayuntamiento y empresas impulsan de nuevo este distintivo de calidad con el foco puesto en el consumidor.
Esta IGP engloba a las variedades de redondo liso, asurcado, cereza y alargado, y representa un cuarto de la producción de tomate en España.
En total, Andalucía tiene 68 figuras de calidad, de ahí que la Junta quiera conseguir la vicepresidencia de Arepo, la Asociación de las Regiones Europeas de los Productos de Origen.
Un sello de calidad que exporta el nombre de La Cañada por todo el mundo y que reconoce la singularidad del campo almeriense.