Los almerienses acudieron en masa a su cita anual con sus seres queridos ya fallecidos. Normalidad absoluta en los cementerios de la capital. Se abrieron tres puertas y dos aparcamientos para mejorar los accesos al camposanto de la capital.
Miles de almerienses acudieron el pasado viernes a los campos santos de la capital con el objetivo de recordar a sus seres queridos que han fallecido. La normalidad fue la tónica del día de todos los Santos en el camposanto de San José y Santa Adela de la capital. Como cada año las flores y el colorido fueron la nota predominante de un día en el que los almerienses rinden tributo a sus familiares difuntos.Como manda la tradición, desde muy temprano y en masa, grupos de personas se acercaban desde bien temprano con flores a limpiar las lápidas de sus difuntos y homenajearles con ramilletes coloridos de recuerdos que permanecen. Entre las novedades de este año, la apertura de la puerta en la zona del tanatorio de forma permanente y el aparcamiento para 100 vehículos junto al edificio que, si bien todavía no es la entrada más utilizada, sí que ha contado con bastante movimiento. Pero sin duda la que ha descongestinado mucho el tránsito es la puerta lateral que además ha sido rehabilitada con la construcción de una plazoleta. El cementerio de San José se pudieron ver familias enteras, aquellas que con dolor hablaban del fallecimiento de un familiar joven, o los que recordaban con ternura las vivencias de quienes han fallecido después de darlo todo por la familia. La tranquilidad de la jornada tan solo se vio interrumpida por momentos por aquellos que ofertaban sus escaleras con el objetivo de alcanzar las lápidas situadas más arriba.