Un martes santo que se volvió a llenar de Amor con el cruficado de Jesús de Perceval y nuestra señora del Primer Dolor. Unos 180 nazarenos y medio centenar de mantillas recorrieron las calles de Almería
Se hizo esperar, mucho, pero mereció la pena. Todo un lustro, entre pandemia e inclemencias meteorológicas para una estación de penitencia tranquila para el Amor. Sobre las seis media de la tarde salía de la Iglesia de San Sebastián el Santísimo Cristo del Amor, talla del artista Jesús de Perceval de 1946, lleno absoluto en la calle y es que había muchas ganas de martes santo.
La alcaldesa de Almería, María del Mar Vázquez, protagonizaba en la calle Alcalde Muñoz una levantá pidiendo por aquellos que tienen capacidades diferentes.
Unos 180 nazarenos con su tradicional hábito celeste y el escudo de la cofradía bordado en el pecho, así como medio centenar de mantillas acompañaron al Cristo del Amor y a la Virgen del Primer Dolor.
Una imagen que salía minutos después para provocar ese emocionante encuentro entre madre e hijo. La virgen vestida por Juan Luis González con un tocado de pliegues blanco y un puntilla dorada rematada con el manto bordado en azul oscuro.
Paso esplendoroso por carrera oficial el Cristo del Amor acompañado por la Banda de Cornetas y Tambores Santa Cruz. La virgen del Primer Dolor, la banda de música Santa Cecilia de Sorbas.
Discurrir solemne salpicado de saetas y fotos de móviles y cámaras. Un año más, martes santo se inundó de Amor. Al filo de la medianoche recogida en el templo y a soñar con la semana sante de 2024