Estas lluvias de estrellas fugaces se captan con toda claridad desde el Observatorio del Calar Alto y también pueden ser observadas desde muchos puntos de nuestra provincia.
Las perseidas son una lluvia de estrellas fugaces que deben su nombre a su procedencia. Todas ellas parecen partir desde un punto de la Constelación de Perseo.
Se forman cuando la Tierra cruza la estela del Cometa Swift Tuttle y esas pequeñas partículas entran en la atmósfera a más de 200.000 kilómetros por hora. A las más brillantes se les llama bólidos. Sin embargo la realidad es que apenas tienen el tamaño de un guisante.
Y este fenómeno, que se repite todos los años en verano, deja imágenes de gran belleza. Para ello es necesario alejarse de zonas urbanas donde la contaminación lumínica impide verlas sobre el fondo negro del Universo. Un aliciente más para estas vacaciones: huir del mundanal ruido y de sus luces para adentrarse en el fondo del cielo.