Si hace unos meses nos acostumbrábamos a depositar el aceite usado en el contenedor habilitado para ello, el siguiente paso será preparar otra bolsa para el reciclaje de los restos de comida. Una tarea, la de reciclar, que, en general, se nos da bien, pero en la que aún quedan aspectos que mejorar.
Aunque ahora bajamos a tirar la basura cargados de bolsas, el esfuerzo merece la pena, pues nos ha permitido obtener buenos resultados en lo que a volumen de reciclaje se refiere. Si hace unos meses nos acostumbramos a depositar la garrafa del aceite usado en el espacio habilitado para ello, en breve aprenderemos a convivir también con el contenedor marrón.
Un cambio al que nos adaptaremos sin mucha dificultad ya que, por norma general, estamos concienciados de la importancia de darle una segunda vida a los residuos.
Aunque en general lo hacemos bien, especialmente en lo que al vidrio se refiere, todavía tenemos asignaturas pendientes: cumplir con los horarios y no dejar residuos fuera del contenedor.
Reciclar es un gesto sencillo que nos ayudará a dejar un entorno más amable para las generaciones venideras.